Miraba cada cinco segundo el celular esperando un mensaje de
esa persona, pero eso no se daba. Él ya había decidido olvidarme y a pesar de
los meses mi esperanza seguía viva. El amor que nació entre nosotros no pudo
haber terminado de la noche a la mañana. Mi mejor amiga y confidente al ver mi
sufrimiento me recomendó buscar los amarres de amor. Nunca antes había oído
sobre estas prácticas mágicas, pero ella estaba segura que eso me ayudaría a
recuperar a mi ex, mi mejor amiga se había dado el trabajo de buscar
información sobre estos rituales y estaba completamente segura que sería
eficaces.
No quise rechazar su propuesta así que en nombre de nuestra
amistas acepte ir a buscar al maestro que me ofrecía un futuro prometedor a
lado de mi ex. Pero antes quise hacer mi propia investigación sobre los amarres de amor y
mi sorpresa aumentaba cuando leía la cantidad de testimonio que encontraba en
la web.
Un lunes fuimos en busca del maestro experto en amarres de
amor. Fui directa, sin tantos rodeos le expliqué lo que estaba buscando y por
qué. Al ver mi necesidad de amor, me programo mi sesión para el viernes, debía
llevar un material sencillo de conseguir, una fotografía. Espere con ansias el
viernes. Se dio inicio al ritual, el maestro me indico que desde el inicio
debía pensar en todos los momentos que he compartido con mi ex y esto debía ser
hasta terminar con el ritual. Repetimos el ritual dos sesionas más, tengo que
mencionar que al terminar la primera sesión note un cambio en mí, deje de
preocuparme por el regreso de mi ex, una fuerza de confianza me invadió, en la
segunda sesión estaba segura que todo iba por buen camino, al terminar la
sesión, tenía que guardar la fotografía durante una semana debajo de mi
almohada.
A la semana siguiente mi ex me empezó a buscar, a la segunda
semana, llego a mi casa dispuesto a retomar nuestra relación, ese fue el
momento más feliz de mi vida. Nunca imagine que gracias a los amarres de amor
mi vida volvería a tener paz y felicidad.